MARIANO LÓPEZ MARÍN. Cronista oficial de Salvacañete y de Moya (Cuenca)
Entre los referidos tesoros, los más importantes son: Menjíbar (Jaén)[3]; Los Villares (Jaén)[4]; Dehesa del Castillo de Azuel, Montoro (Córdoba)[5]; Centenillo (Jaén)[6] Mogón, Villacarrillo (Jaén)[7] ; Pedrotito, Santiesteban del Puerto (Jaén)[8]¸Castello Branco (Portugal)[9]; Guiaes (Portugal)[10]; Molino de Manrubial (Córdoba)[11]; Los Almadenes, Pozoblanco (Córdoba)[12]; Chao de Lamas, Miranda do Corbo ( Portugal[13]; Padrad, Casl del Concejo, ProvenÇa-a-Nova (Portugal) y Penhagarcía ( Portugal)[14].
Ahora bien;
entre los precedentes tesoros los que mayores concordancias artístico –industriales presentan entre los objetos que los integran y los de Salvacañete, se pueden citar los de Menjíbar,
Dehesa del Castillo de Azuel, Molino de Manrubial y especialmente los de Pozoblanco y Chao de Lamas.
En los tesoros
de Menjíbar, Castillo de Azuel y en
Manrubial se han descubierto
brazaletes de sección circular del mismo
tipo y decoración que los de Salvacañete, a cuyo tipo y decoración
pertenecen otros dos brazaletes
descubiertos en Utiel (Valencia)[15], (Lam,
VII) y que figuran en el Instituto de Valencia de D. Juan. Este descubrimiento en Utiel, llevado a cabo en los
mismos aledaños de la ciudad, tuvo lugar, en el año de 1932 y se trataba de un
brazalete retorcido de plata, con los restos de un compañero partido, teniendo
sus paralelos en el tesoro de Salvacañete El modelo de las
tres pulseras con cabecitas de caballo en los extremos de ellas, de Salvacañete,
así mismo se descubre con algunas variantes
en Manrubial y en el mango de una fuscínula o tenedor con dos dientes
ondulados de Menjíbar[16], que
también ostenta una cabeza de caballo.
Lámina
VII. Tesoro de
Plata de Salvacañete[17]. Foto J. Cabré.
Piezas
Una de las actividades de los pueblos iberos que ocupaban la zona este de las antiguas Tierras de Moya, en la parte más montañosa, era la ganadería, ovejas y cabras principalmente. La trashumancia de los ganados, desde estas tierras del interior hacia Levante, ya se practicaría en la época íbera. El paso de ganados trashumantes desde la Serranía Baja y Media de Cuenca, zonas de las antiguas Tierras de Moya, que tanta importancia tuvo desde la Edad Media y que utilizaba como zona de paso de los ganados hacia Levante los cordeles y veredas que transcurrían por el Campo de las Herrerías entre Talayuelas y Sinarcas, las proximidades de la aldea de Villanueva y el corral del Magro pudieron ser utilizadas también por nuestros antepasados los iberos. Los yacimientos arqueológicos situados en estos lugares ya hablan de la presencia de la ganadería.
En la época árabe Cuenca pertenecía a la Kura de Santaveria y diversos lugares de lo que después sería Señorío de Moya como Alcalá de la Vega, antigua Al-Qala o Quelasa, Algarra, Valdemoro y Valdemorillo tuvieron origen árabe. Los restos árabes de Moya, según algunos investigadores no se pueden localizar mientras que algún otro defiende que si existieron. En algunas localidades como Salvacañete se ha encontrado algún resto árabe. Lo cierto es que en los primeros tiempos de Moya como núcleo cristiano tras la repoblación de la misma por el rey Alfonso VIII era frontera entre las zonas musulmanas de Castielfabib y Ademuz y la zona de Utiel Requena. Utiel tuvo también una pequeña comunidad islámica y otra judía. De esta última destaca un personaje famoso Abraham de Torrutiel cuya referencias podemos ver y leer en el Centro de Interpretación Medieval dela villa de Utiel situado en la antigua calle Candarmas, hoy Calle Armas, haciendo esquina con la calle Huerta Torán donde se ubicó la pequeña comunidad judía utielana dedicada al cultivo de pequeñas huertas
Primeros tiempos de la repoblación de Moya y sus tierras cuando ya eran de dominio cristiano.
El rey Alfonso VIII pobló Moya[18] Es repoblada a partir de 1210 entregando a sus
pobladores tierras. Así nos describe el poblamiento de Moya D. Gerardo González
García, cura párroco de Santa María de Moya entre 1887 y 1891 en su Manuscrito
“Noticias de Moya[19]”
Habiendo quedado desierta la Villa por espacio de algunos años después
que fue conquistada,([20]) "el arzobispo D.
Rodrigo[21]
y la vida del fundador de la orden de Santiago aseguran que en 1209 mandó el
rey repoblar a Moya por ser necesaria contra Requena, encargando esta
reedificación y puebla a D. Pedro Fernández, Señor de Castril de Vela, y a D.
Pedro Vidas,[22]
alcalde de la Casa Real; más la vida de D. Andrés de Cabrera titulada Retrato
del Buen Vassallo,[23] afirma que este
suceso tuvo lugar en 1210, y que D. Alonso IX[24] le concedió Fuero, que
fue el de Cuenca. Esta última fecha le asigna así mismo el Catálogo de los
Jueces de esta Ciudad, desempeñando este cargo su trigésimo tercero Juez
Pascual Garci Pérez. La diversidad con que se tomaba el principio del año nos
parece ser la causa de este pequeño anacronismo".
El 18 de junio de 1215 el rey Enrique
I entrega Moya en Privilegio a la Orden de Santiago, que había sido creada
el 1 de Agosto de 1170 Esta milicia nació para luchar contra los
musulmanes de la península. Eran los
tiempos de Enrique I, tutelado por su
hermana Berenguela y después por D. Álvaro
Núñez de Lara. Las fortalezas de la Orden se trasladaron a las fronteras
conquistadas, entre ellas Moya. Llegando sus líneas de castillos y fortalezas
desde Lisboa hasta Cuenca. Los caballeros freires castellanos estaban sometidos al comendador mayor de
Uclés con autoridad sobre todo el reino
de Castilla. Los cargos importantes de la orden eran desempeñados por los caballeros de la alta nobleza, que
utilizaba a los freires de Santiago como
fuerza militar al servicio de sus intereses particulares.
En el término de Fuentelespino de Moya
hay algunas posesiones que pertenecieron
a la Orden de Santiago. El 25 de Junio de 1211 el rey y la reina otorgan la heredad de “Abengamar”, en el término
actual de Fuentelespino, a Don Pedro Fernández y a Don Pedro Vidas. ; cuatro
años después Enrique I confirma a la Orden de Santiago donaciones y permutas
anteriores, entre las que debió estar la Torre de Don Alonso. Antes de 1215 D.
Pedro Fernández ya había hecho donaciones a la Orden de Santiago, y en ese año el rey
cambia unas casas y el alcázar de
Moya por otras que los santiaguistas tenían en la villa por donación de Pedro Fernández, maior
merinus quien a su vez las había
recibido de Alfonso VIII. Diversas “torres” o “granjas “delimitaban el
territorio del Señorío moyano: Torre Abengamar, Torre López, Torre Barrachina,
Torre Ranera, Torre Mijares y otras. En la zona de la Albacara de Moya existió
en el siglo XIII un Hospital que la propia Orden de Santiago instaló.
En 1218 se le
concede a Moya el Fuero a imitación del de Cuenca por su importancia
estratégica y económica. Situada entre Castilla, Aragón y Valencia y muy
próxima a la frontera musulmana en esos primeros años del siglo XIII. Los
musulmanes estaban en Ademuz y
Castielfabib y en la zona de Utiel y Requena, a tiro de piedra de Moya.
Se crea el
arcedianato de Moya. Los arcedianos de Moya tuvieron siempre mucha importancia.
En todos los lugares poblados surgieron pequeñas comunidades religiosas unidas
en torno a una pequeña capilla que con el paso del tiempo se fue ampliando. Es
en el siglo XIII donde se dan varias apariciones marianas en las tierras de
Moya: Virgen de Tejeda en Garaballa, virgen de la Zarza en Cañete, virgen de
Valdeoña en Salvacañete, virgen de la Fuen María en Landete, Virgen de Santerón
en Algarra y Virgen de Altarejos entre Campillos Sierra y Valdemoro. Sobre la
aparición divina de la Virgen de
Altarejos, nos han transmitido que se le apareció a un pastor, vecino de la
villa de Valdemoro de la Sierra,
cuando se encontraba apacentando
tranquilamente su rebaño, según consta en un testimonio muy antiguo recogido en
el Archivo Municipal de la citada villa.
Según
se cita[25] el pastor se llamaba
José Gil Raez y se encontraba el día 1 de septiembre de 1208, en el término municipal vigilando su rebaño, cuando vio abrirse una
roca, apareciendo dentro de ella la Virgen María sobre un pilar portando a su hijo en las manos. Una vez
producido el hecho se dirigió al
pueblo a dar aviso a todos los vecinos,
quienes adoraron a la sagrada imagen
acompañados del cura párroco de Campillos de Sierra que consta era natural de Utiel. Posteriormente se edificó en el lugar una ermita preciosa, ensanchada
posteriormente cuando todos los
feligreses pagaron la cantidad de 13.000 reales. La ermita está excavada en la
roca. El lugar se conoce como Altarejos y la virgen como Virgen de Altarejos. Desde muy antiguo se celebra una romería con misa, procesión, comida de hermandad y, antiguamente bailes, que
congrega a todos los pueblos de la comarca: Campillos de Sierra, Valdemoro, Cañete, Valdemorillo, Valdemeca, La
Huerta, La Laguna, Tejadillos, Zafrilla,
Salvacañete, Salinas, Alcalá de la Vega,
La Cierva y Pajarón.
Ermita de Altarejos ”Erigido tras la aparición de la virgen a un pastor en 1208, el monumento que podemos contemplar en la actualidad es en su mayor parte fruto de las reformas del siglo XVII Y XVIII de estilo barroco sobre el original medieval. Buena parte del santuario está excavado en la roca con una espectacular cúpula y la lucernaria abierta en ella. Las cazoletas y otros símbolos sobre la roca en la pared de roca junto a la ermita permiten aventurar que en tiempos anteriores al cristianismo éste ya fue un lugar de culto.” (Folleto de Campillos Sierra)
En
el año 2020 publiqué mi último libro[26] y en
el mismo ya hablaba de estas relaciones en estos términos: En el Reino de Valencia temprana y constantemente los
monarcas aseguraron el libre transitar de la madera para favorecer el
abastecimiento. Así, Jaime I en 1261 otorgó a los castellanos vecinos de Utiel
exención del derecho de lezda y peaje sobre el transporte de madera por el río
Júcar con la condición citada del cinquantí[27]; y mediante
privilegio expedido en Alcira en 1267 concedió facultad para que la madera que cortasen los habitantes de
Reino de Valencia pudiera conducirse
por cualquier medio, incluidos los ríos Guadalaviar-Turia y Júcar, libre y
francamente y sin contradicción, sin
pagar lezda ni peaje[28].
Atendiendo a este privilegio, se dictaron
diferentes soluciones reales contra aquellos que embarazaban o dificultaban el
paso a la madera que venía por los ríos Guadalaviar-Turia, Júcar y Mijares. Por
disposición real la madera conducida desde los bosques de Teruel podía bajar libremente por los tres
reinos, y hubo momentos de entendimiento y colaboración, como sucedió con las
solicitudes de los monarcas aragoneses para su Armada Real, y puesta en varias
ocasiones al servicio del rey castellano contra los granadinos, como en el
sitio de Tarifa, y un ejemplo es la
petición de madera que en 1307 el rey Jaime II solicitó de los vecinos de Teruel, Moya y los lugares de Jaime de Jérica.”
Orden de Jaime II de Aragón a su
escribano, Bernardo de Averso, mandando que se hagan cortas de pinos por los
vecinos de Teruel, Moya y los
lugares de Jaime de Jérica. Que corten mil troncos de sus bosques y los
conduzcan al real de Valencia sin pagar por ellos lezdas, peajes ni derecho
alguno[29]. “La madera de los
montes de la Sierra de Utiel podia bajar hasta el Júcar tal vez por el río
Magro, estoy tras un documento que lo confirme, hasta su confluencia con el
Júcar aprovechando las crecidas y los deshielos en la primavera, o por el
Cabriel hasta Cofrentes en su unión con el Júcar y en este caso era necesario
transportarla en carretas tiradas por bueyes y caballerías hasta Contreras
donde se uniría a las maderadas que bajaban por la zona del Cabriel, ya con
referencias desde el siglo IX. Todo esto hecho por expertos gancheros que
construían diversos adobos en los ríos para aumentar la profundidad y la
cantidad de agua y que los troncos pudiesen flotar. Desde el 1 de diciembre de
2022 esta actividad del transporte de
las maderas por los ríos está considerada Patrimonio Cultural inmaterial de la
Humanidad por la Unesco.
Aunque la madera circuló
libremente por el reino de Valencia, sin pagar derechos ni en el valle de Ayora
ni en los lugares vecinos al río Guadalaviar-Turia[30],
existían derechos reales que sí debían atenderse, como el del puerto de
Castilla al pasar la frontera entre reinos, y en el Júcar el del cinquentí para las maderas que llegasen
hasta el Rafol[31]. La madera que descendía por el Júcar desde
1261 estaba libre de lezda y peaje, pero debía pagarse a los oficiales reales
el cinquanteno, cinquentè o cinquentí, un
derecho de navegación que consistía en una pieza cada cincuenta que bajasen
El
impuesto del cinquantí fue utilizado frecuentemente para premiar servicios al
rey. Pedro el Ceremonioso en 1336 entregó 60 troncos a uno de sus consejeros, y
en 1351 al alcaide del castillo de Játiva dio 300 por su lealtad durante la
Guerra de la Unión[32]. El rey podía
renunciar a estos derechos o eximir de pena por traerla de fuera para favorecer
algunas obras públicas. En este sentido, resulta significativa la licencia
concedida por Alfonso IV en 1342 al consejo de Quart, en las cercanías de
Valencia, para poder reparar el puente sobre el río y añadir pontazgo sobre
personas y animales, así como 3 sueldos por cada dos maderos que bajasen por
las aguas[33]. Lo frecuente, es que no se
dijese nada sobre esta posibilidad o que explícitamente se negase, como se
refleja en un auto de Fernando VII de 1754 por el que se establecía un nuevo
canon del pontazgo que incluía caballerías, carruajes y ganado, pero que
excluía a las personas que pasaran a pie y a los vecinos de Requena y su
jurisdicción, así como las maderas que fueren conducidas por el agua y “pasasen por bajo del puente”[34].
[1] López Marín MARIANO.: Salvacañete: Su historia y sus
gentes. Edición del Excmo. Ayuntamiento de Salvacañete. Graficas
Llogodí. Utiel .2004, 839 págs. Hay un ejemplar para consulta en la biblioteca
de Utiel que doné en su día.
[2] Op. Cit. López Marín MARIANO.: Salvacañete: Su historia y sus
gentes Págs. 13-31.
[3] Museo Arqueológico Nacional
[4] Inédito. Dibujos de D. Manuel Gómez Moreno. J.CABRÉ: El Tesoro de Chao., Pág. 276. Manuel
Gómez Moreno: “Notas sobre numismática hispana” Anuario del cuerpo. Facultativo de
Arch, Bibl. y Arq., Vol. II, Pág. 185.
[5] G.F. HILL AND Horace sandars: Notes on a find of roman
republican silver coins and of ornamentes from the Centenillo mine,
Sierra Morena, London, 1912.
[6] HORACIO
SANDARS.: Apuntes joyas ibero- romanas halladas en Mogón, cerca de
Villacarrillo, en la provincia de Jaén, 1917.
[7] J MÉLIDA, José Ramón: Adquisiciones del Museo Arqueológico Nacional. Madrid
1918.
[8] J. LEITE DE VASCONCELLOS: Joyas de plata do Museu de Castello Branco
“ O Arch. Por.”, t XXIV, 1919-20
[9] “ O arch.Port.” , t XV.
[10] W.L. HILDBURG: A
find of ibero-roman Silver at Cordova, “ Archeología” 1921-22., vol. LXXII.
[11] .-SAMUEL DE
LOS SANTOS JENER: El Tesoro celtibero
–romano de Los Almadenes, en Pozoblanco. Boletín de la
Real Academia de Ciencias, Bellas Letras
y nobles artes de Córdoba” año VII,
1928.
[12] -JUAN CABRÉ AGUILÓ: El Tesoro
de Chao de Lamas; Miranda do Corbo ( Portugal). Act. Y Mem. De la Soc.Esp.de Antr.,Etn. Y
Preh.” . 1927
[13] CABRÉ
AGUILÓ ,JUAN: OP. Cit., pág. 174.
[14] CABRÉ AGUILÓ,JUAN: El Tesoro de Penhagarcía ( Portugal). “ Act y Mem. de la Soc.
Española. De Antrop.” Etc., t. IX 1930, pág.
174.
[15] ALABAU MONTOYA, JOSÉ .El
Tesorillo de Plata de Utiel. Otro ejemplo de la riqueza patrimonial
arqueológica de la comarca Boletín
Cultural Utielanías nº 35, 4º trimestre 2022
págs. 46-53
[16] Op. Cit. OSUNA
RUIZ, M.. : Nuevas piezas del Tesoro
de Salvacañete en el Museo de Cuenca en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos nº LXXIX, nº 2 (Madrid 1976. Págs.
[17] OP cit LOPEZ MARÍN ,
MARIANO.- Salvacañete: su historia y sus
gentes…Reproducida esta lámina en pág. 25
[18] López Marín, Mariano.- Datos históricos de la villa Moya y su Marquesado. https://www.asociacionamigosdemoya.com/historia
[19] GONZÁLEZ GARCÍA, GERARDO. Noticias de Moya. Moya. Campillos
Paravientos 1887-1894. Manuscrito de 296 páginas, fol. Archivo Diocesano de
Cuenca (ADC) L-130 b. Edición de este manuscrito LOPEZ MARÍN, MARIANO, ALGARRA
HERNÁNDEZ, RÉGULO y DE LEÓN VIRTUDES, GUILLERMO. Estamos trabajando en ella
para su próxima publicación.
[21]
Arzobispo de Toledo, personalidad clave de la Reconquista, y repoblador; máximo
inspirador de la campaña que culminó con la victoria de Las Navas de Tolosa;
es, además, el primer jalón de la historiografía española, con su obra De
Rebus Hispaniae, o Historia Gótica, donde se cita la toma de Moya,
de la que fue contemporáneo (ss. XII-XIII).
[22] D.
Pedro Vidas, Alcalde Real, repoblador de Moya, citado en las crónicas de la
Orden de Santiago, como la de Francisco Aguado de Córdoba y J. López Agurleta,
así como por D. Luis de Salazar y Castro, Historia genealógica de la Casa de
Lara, 1694-97. Lo hemos reflejado en nuestro citado Cuatro cosas de Moya,
1996.
[23] D.
FRANCISCO PINEL Y MONROY, humanista y escritor de cierto lustre, principal
biógrafo de los Marqueses de Moya, autor de Retrato del buen vasallo,
copiado de la vida y hechos de D. Andrés de Cabrera, Primero Marqués de Moya,
1677, del cual se imprimieron 300 ejemplares, la única fuente clásica escrita
exclusivamente para ilustrar la vida y dinastía de los Marqueses de Moya, con
una amplia reseña histórica de la Villa y Marquesado. Hay edición facsímil
editada por la Asociación de amigos de Moya en 1991, partiendo de un ejemplar
que tenía su socio y miembro de la Junta Directiva D. Emilio Andrés Fernández.
[24]
Alfonso VIII, o IX, indistintamente, por tradicional confusión con Alfonso IX
de León; llamado El Noble y El Bueno, Rey de Castilla, hijo de
Sancho III y Blanca de Navarra; conquistador de Cuenca y Moya; repoblador,
fundó escuelas catedralicias y otorgó fueros; derrotado en Alarcos y vencedor
en Las Navas de Tolosa.
[25] Tradición oral recogida
entre vecinos de Campillos de Sierra,
Tejadillos, Salvacañete y Valdemoro sobre la aparición de la Virgen de
Altarejos. La cita también Miguel Romero Saiz
en Semblanza Serrana Cuenca 1988. Aporta datos también
sobre la Ermita y Virgen de Altarejos Evaristo Lahiguera en Moya: su
historia, sus tierras, sus hombres, sus tradiciones de GÓMEZ,
Eusebio y SÁEZ FERNÁNDEZ, Teodoro. Asociación de Amigos de Moya.
Moya 2001.Pags 124-125. Cita un documento
escrito por D. Marcos Huerta Cabrejas el 16 de mayo de 1746 relatando
los pormenores de la aparición de la Virgen de Altarejos y de la construcción d
su ermita. En la misma obra otro artículo de Gonzalo Villanueva Tello sobre la ermita de Altarejos. Pagos
188-189.
[26] LOPEZ MARÍN MARIANO.-Bosques, maderas, maderadas y gancheros en
el Marquesado de Moya. Ediciones Rodeno y colaboración de los Excmos Aytos.
de Salvacañete, Moya, Aliaguilla y Mira. Cullera 2020, 308 págs. Informaciones
en págs. 148-149.Hay un ejemplar en la biblioteca de Utiel.
[27]
Branchat Vicent.- Tratado de los derechos
y regalías que corresponden al real patrimonio en el reino de Valencia y de la
jurisdicción del intendente como subrogado
en lugar del antiguo Bayle General. Imprenta de Joseph y Tomas de
Orga .Valencia. Año 1784, Pag 298. .El privilegio del cinquentí, citado por
Jaime II, es un privilegio y se cobraba
por los administradores de la Baylia de San Felipe, y consistía en que por los
derechos de la madera que venía embarcada por el rio
Júcar, pagaban los conductores la cincuentena parte (1 de cada 50), y de
su importe se hacían cargo en las cuentas que daban en el oficio del Maestre
Racionero, las cuales eran custodiadas en el archivo del Real Palacio. Se
cobraba durante mucho tiempo en la ciudad de Xàtiva. Están trabajando en este
tema varios investigadores con los que estoy en contacto.
[28] Aureum opus regalium privilegiorum civitatis et regni Valentiae. Valencia, 1515, f. 21v; privilegio 74. Branchat,
Vicent: op. cit., 1785, cap. 6, n. 3, Págs. 296-297 y colec. t. 2 cap. 6, n. 1.
Martínez Ferrando, Jesús Ernesto: op. cit., 1934, pág. 719, doc. 719.
[29]
A.C.A. C.R. Jaime II nº 2912 caja 23. Cancillería. 19 octubre 1307.Op cit Pitarque; Juan……….. Moya Cuenca) Tierras de frontera 1269-1375.Historia y documentos
(a la luz del A.C.A) apéndice documental, pág. 286, doc. 78
[30] La Germanía de Valencia: Discursos leídos
ante la Real Academia de la Historia en la recepción pública del Excmo. Señor
don Manuel Danvila y Collado. Madrid, 1884, pág. 454. A comienzos del siglo
XV Martín el Humano concedió a su sobrino el rey de Castilla franquicia de
impuestos para la madera castellana que pasara por sus reinos (Ferrer i Mallol,
María Teresa: op. cit., 1990, pág. 524).
[31] Lugar próximo a Játiva
donde desembarcaban la madera las cuadrillas de gancheros.
[32]La
Guerra de la Unión (1347-48) es un periodo conflictivo en la corona de Aragón
que mantuvo enfrentados, por un lado, las tropas de los fieles al rey Pedro el
Ceremonioso y, por otro, la coalición con el nombre de Unión de Aragón y Unión
de Valencia, formadas por algunos nobles y el brazo popular de las ciudades y
pueblos que se adhirieron al movimiento señorial en aquellos reinos. Cataluña
se mantuvo fiel al rey.
[33] ACA,
reg. 874, f. 31; 13 de enero de 1342. Arciniega García, Luis: El saber encaminado. Caminos y viajeros por
tierras valencianas de la Edad Media y Moderna. Valencia, Generalitat
Valenciana, Consellería d’Infraestructures i Transport, 2009; pág. 276.
[34] 34 Latorre Zacarés, Ignacio: «La Puente de Pajazo: un paso crucial en el
tránsito en el Camino Real de Valencia a Castilla», El Trullo: revista
gráfica de la Fiesta de la Vendimia. Requena,
(C) Mariano López Marín
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