MARIANO
LÓPEZ MARÍN
Este trabajo fue publicado en el libro de fiestas de Salvacañete del año 2019.Para todos aquellos que no tengan el mencionado libro y para todos los seguidores de este blog lo publico aquí también .Es muy importante compartir los saberes
Un año más, este año se cumplen cuarenta los que llevo en
esta tarea de divulgar la historia de nuestro pueblo a través del libro de
fiestas, me pongo de nuevo en contacto con vosotros a través de esta cita
anual para ir desgranando aspectos de nuestra historia con el fin de que sea
conocida y difundida por todos. Desde el año 1979 en que me hice cargo de la
comisión de Fiestas y publicamos el primer libro de fiestas de Salvacañete
muchos artículos han sido publicados en el mismo por otros o por mí. En mi blog
de historia de Salvacañete tenéis una entrada con todos los trabajos publicados en los libros de fiestas desde
1979 y que podéis descargar en el
siguiente enlace:
Sigo investigando la historia de nuestro
pueblo y comarca y difundiéndola en
distintas publicaciones escritas, en mis blogs de internet, de los que
muchos de vosotros sois seguidores y en mi perfil de Facebook. Gracias por el
interés que demostráis por el
conocimiento de los aspectos históricos, etnológicos, medioambientales y
culturales de nuestro pueblo y su comarca.
Este año el trabajo está dedicado a
un hecho que ocurrió en Salvacañete un 19 de julio de 1874 hace 145 años. Ese
día el brigadier López Pinto consiguió liberar en Salvacañete a los 700 prisioneros
que los carlistas habían hecho en la toma de Cuenca. Ya mencioné este hecho
cuando publiqué la obra “SALVACAÑETE: su historia y sus gentes”[1]
en el año 2004.Y en el año 2014 en este mismo
libro de fiestas publiqué el artículo “Toma
de Cuenca por los carlistas en julio de 1874 y liberación de los prisioneros
hechos en esta toma en Salvacañete.140
años de un hecho histórico.” Ahora he investigado más y he
descubierto nuevos documentos a través de la prensa digital de diversas
hemerotecas digitales e incluso he elaborado un trabajo, todavía inédito en
parte “Las guerras carlistas en Salvacañete y su comarca en sus documentos[2]”
con aportaciones documentales de periodistas
de la época recogiendo los partes de guerra de estas guerras carlistas y los
comunicados de las comandancias militares. Todo este material verá la luz
cuando publique la 2ª parte de la historia de Salvacañete y en trabajos en mi
blog de historia de Salvacañete.
En el periódico La Correspondencia
de España[3]
de 22-7-1874 se da cuenta de la acción de López Pinto en Salvacañete
reproduciendo el parte que este militar envió a sus superiores y lo hace de
esta forma:
Por
el conductor de la diligencia de Teruel, se comprueba el despacho del
gobernador militar de Sagunto que transcribí V.E. esta tarde referente al
rescate de prisioneros procedentes de
Cuenca por la brigada López Pinto.
Sobre
el mismo asunto participa el gobernador de Cuenca por la estación de campaña de
Cabrejas que van llegando de aquella capital muchos voluntarios de los que se
llevaron los carlistas, y daban como seguro, por habérselo odio a carlistas
fugitivos llegados de Cañete, que hacia Salvacañete
fue copado el batallón de Segarra que custodiaba los prisioneros de guardia civil,
carabineros , reserva de Toledo y lanceros que hicieron en Cuenca,
rescatándolos las tropas, sin expresar
cuales fueran.
A las dos de esta tarde se ha publicado en
Madrid el siguiente suplemento de la Gaceta
correspondiente al 22 de julio de 1874
MINISTERIO
DE LA GUERRA
A
las diez de la mañana de hoy se han recibido en el ministerio de la Guerra los
siguientes despachos telegráficos.
“Sigüenza
22 de julio a las 8:20 minuto.-Guerra a la 8:25minutos.-Comandante militar,
Ministro de la Guerra, y capitanes generales de Aragón y Castilla La Nueva
.-Brigadier López Pinto al comandante militar de Sigüenza para comunicar por
telégrafo al Ministro de la Guerra y capitanes generales de Aragón y Castilla
La Nueva.
Teruel,
20 de julio de 1874.La brigada de mi mando
obtuvo en la mañana de ayer en Salvacañete, provincia de Cuenca, una
importantísima victoria sobre gran parte de las facciones de D. Alfonso, que
custodiando los 700 prisioneros de todas las armas e instituciones, hechos en
la toma de Cuenca se hicieron fuertes en dicho pueblo, logrando rescatar a
todos ellos, derrotando completamente al enemigo , causándole muchos muertos,
bastantes prisioneros, entre ellos siete jefes y oficiales, y el principal que
mandaba las fuerzas Barón de Benicarló, cogiéndoles armamento, municiones,
caballos, efectos de guerra y bandos militares. Con todos he regresado a esta
para cumplimentar orden superior del excelentísimo señor capitán general.
Las
fuerzas a mi mando han practicado esta operación con grandísimo arrojo y
serenidad que se necesitaba para llevar a cabo tan difícil empresa ,sin que
peligrara la vida de nuestros prisioneros, No tengo palabras bastantes con que
manifestar a V.E. la conducta observada por tan bravos y sufridos soldados, y
bástele saber que obtuvieron este importantísimo resultado despues de veintidós
horas de marcha por medio de las sierras de Albarracín y Valdeluca y de tres
días de carecer absolutamente de raciones, pues sólo en el que obtuvo la
victoria pudo obtener un pan por cada diez soldados. Hechos de esta magnitud y
trascendencia .la superior ilustración de V.E.
Los apreciará debidamente, comprendiendo que di con honra sucumbió Cuenca,
tengo el grandísimo honor que la brigada a mis órdenes, arrebatando al enemigo
todos los prisioneros le arranca el principal laurel adquirido en aquella
desgraciada jornada”...
Así contaba un periódico[4]
de la época la ACCION DE SALVACAÑETE realizada por
el brigadier López Pinto. En
ella se describe con toda minuciosidad la estrategia utilizada por López Pinto
en las cercanías de Salvacañete y en el propio pueblo para vencer a las tropas
carlistas que venían desde Cañete con
700 prisioneros hechos en la toma de la ciudad de Cuenca y se dirigían a
Chelva, cuartel general carlista, a través de Ademuz.
El Diario de Zaragoza, autorizado competentemente, publica
del parte oficial los siguientes párrafos.
“Cumplimentando lo
dispuesto por V. E. y no teniendo medio para comunicarme con el general
Montenegro sin perder un tiempo que consideraba precioso, emprendí mi marcha
sin haber racionado mi fuerza más que con media ración de pan:
A
mi llegada a Salvacañete al
siguiente día 17 supe por bagajeros[5]
escapados de las facciones la rendición de Cuenca y que el enemigo se disponía
a evacuarla.
Ignorando
los movimientos del enemigo y la situación de las demás brigadas que se me
había anunciado desembarcarían en Minaya,
determiné permanecer en Salvacañete
hasta poder obrar según las noticias que recibiese.
En
la mañana del 18 tuve conocimiento por otra confidencia que parte de la facción
con los prisioneros había llegado a Cañete,
y teniendo noticia de nuestra proximidad se dirigía por la izquierda de nuestra
posición a Ademuz, paso para Chelva, y apoyándose en otras facciones
que habían salido de Cuenca con
objeto de protegerlos y envolver mis fuerzas.
A
fin de desorientar al enemigo verifiqué un movimiento de flanco indicando mi
marcha a Albarracín con objeto de
dejarle el paso franco y que continuase confiado en su marcha al punto que se proponía, en cuyo caso en una contramarcha
forzada podría caer sobre él inesperadamente sorprendiéndole y no dándole tiempo para rehacerse no atentar
contra la vida de los prisioneros, como ya lo venía haciendo con algunos
voluntarios; y como tenían orden de verificarlo en el momento que se intentase
su rescate , de cuya orden tenía yo conocimiento.
Cuando
lo consideré oportuno determine, aun perdiendo un día, emprender mi marcha
envolvente con toda rapidez, logrando a las primeras horas del 19, despues de
una marcha forzada de 22 horas a través de las ásperas breñas de Albarracín y Val de Cuenca, tener noticia de que el enemigo, creyéndonos a 12
horas de distancia, había ejecutado lo
que me había propuesto y entraba en Salvacañete,
punto de donde había salido yo el día 18.
En
aquel momento hice alto para dar descanso a la tropa que venía fatigadísima
desde el anterior, sin raciones hacía tres
y alimentándose de harina cocida y algunas pocas reses. Las arengué y
recomendé la mayor rapidez en la operación teniendo la satisfacción que todos
responderían con un grito de entusiasmo y decisión al indicarles que se trataba
de salvar a los desgraciados compañeros de Cuenca.
En
el acto dispuse que la segunda media brigada que le tocaba aquel día de
vanguardia, al mando de su jefe el coronel D. José Lasso, y compuesta de los
batallones de Córdoba y reserva de Astorga con dos piezas y 40 caballos de
Castillejos, aumentándole 100 caballos, iniciase rápidamente el movimiento para
atacar de frente al pueblo.
Salvacañete
desde El Llanillo rodeado de montañas.
Los carlistas se habían hecho fuertes en el pueblo. Aquí se desarrolló la
acción del brigadier López Pinto. Fotografía de mi amigo Alfredo Montero
Martínez. Muchas gracias.
La
impedimenta perfectamente custodiada la dejé en una altura a conveniente
distancia del pueblo, y yo con mi jefe de E.M.[7],
ayudantes y, ordenanzas me adelanté a vanguardia con el fin de presenciar de
cerca el ataque y de acudir donde fuese necesario.
Al
avistar a la vanguardia de la columna Lasso, rompió fuego el enemigo, que fue
contestado vigorosamente por nuestros soldados, avanzando el resto de la misma
protegida por los fuegos de artillería a tomar las posiciones delante del pueblo y prisioneros
que se hallaban encerrados en la iglesia.
Por
su parte la columna Navarro llegaba a los molinos ocupados[8] por
el enemigo rompiéndose un fuego nutridísimo, hasta que desalojados de dichos
edificios se mandó cargar a la caballería para evitar que se uniesen estas
fuerzas a las que se hallaban
posicionadas en el pueblo.
Al
batallón de Ávila se le ordenó se corriese por la izquierda de la columna
Navarro con objeto de tomar las posiciones del enemigo en la Sierra, lo cual se
consiguió después de un vigoroso ataque a la bayoneta.
Todos
estos movimientos dieron por resultado la completa dispersión del enemigo, que
creyéndose atracado por fuerzas muy superiores se atemorizó, huyendo a la
desbandada y tirando sus armas y efectos
de guerra, siendo perseguido por parte de mis fuerzas hasta cerca de una hora
del pueblo; el resto pasó al pueblo a descansar.
Describir
la emoción grata y expansiva que se comunicó entre libertados y libertadores,
sería muy pálido ante la realidad de los hechos.
El
resultado de esta jornada ha sido el haber rescatado a todos los prisioneros
hechos en Cuenca, entre los que se encuentran cuatro compañías de la reserva de
Toledo, caballería, artillería, guardia civil, carabineros ,180 voluntarios y
26 jefes y oficiales.
Las
pérdidas del enemigo han sido muy considerables, contándose entre los muertos
al jefe del escuadrón llamado sagrado, que se compone todo de oficiales, y
entre los prisioneros se halla el jefe principal de la expedición Barón de Benicasim y otros siete jefes
y oficiales, habiéndose cogido caballos,
armas y municiones, varios instrumentos
de bandas militares y otros efectos de guerra.
Nuestras pérdidas consisten en siete heridos, 16 contusos y dos
caballos muertos.
“La
prensa legitimista francesa, al dar cuenta de la acción de Salvacañete, a la que califica de pequeña escaramuza manifiesta que
los carlistas abandonaron a los prisioneros de Cuenca porque no tenían con qué
racionarlos.
Con
efecto: muy grande debía ser el hambre
de los carlistas cuando consiguieron además ser hechos prisioneros y se
prestaron a un cambio de papeles tan completo.”
“Ayer
tarde llegó a Zaragoza el general López Pinto con el regimiento de infantería
de Almansa, conduciendo los prisioneros de Cuenca y carlistas cogidos en Salvacañete. La población les ha hecho
un recibimiento entusiasta.”
Otros periódicos de la
época recogen este rescate en Salvacañete por el brigadier López Pinto de los
prisioneros hechos en la toma de Cuenca por los carlistas, Así un periódico de
Mahón[9]
en su sección de noticias nacionales decía al respecto:
De uno de nuestros
corresponsales recibimos la siguiente carta, que refiriéndose a sucesos ya
oficialmente conocidos, no puede ofrecer
peligro en su publicación:
Teruel 21
Voy a referirle ,como
testigo presencial, los principales detalles de la gloriosa jornada de la
brigada López Pinto en el 19 del actual,
y para facilitar mi narración empezaré por el parte que fue dado al ministro de
la Guerra y capitanes generales de Aragón y Castilla la Nueva por telégrafo y dice:
(Omitimos el parte a
que nuestro corresponsal se refiere por ser ya conocido de nuestros lectores)
Este
parte condensa brevemente la historia de nuestras operaciones tan diestramente
dirigidas y desempeñadas. Las penalidades han sido muchísimas, pues agotadas
totalmente en los dos primeros días las
pequeñas provisiones de fiambre y salchichón que llevaban los oficiales y
que compartieron con los soldados más
endebles, todos ,absolutamente todos, pasamos hambre , pero todos sin excepción, caminábamos
trepando sierras espesísimas
en la esperanza de encontrar los
enemigos de la España liberal, bajo la abrasadora impresión de un calor
sofocantísimo que aliviábamos en alguna ciénaga que encontrábamos por milagro
,o la molestia de chubascos torrenciales
que convertían el monte en cascadas y los
caminos en ríos, el soldado que iba descalzo y con los pies destrozados
seguía su marcha con bastante humor , para chancearse de sus mismos dolores, y
se impacientaba de loso obstáculos que demoraban hallar al enemigo para rescatar a los desgraciados y valientes
defensores de Cuenca.
Cuando
el brigadier nos anunció que los teníamos a media hora de distancia balbuceaba
de emoción y al arengar a la fuerza pidiendo su colaboración para salvar a los
prisioneros, sus ojos se humedecieron. La noticia fue un remedio mágico que
hizo desaparecer todo cansancio y nuestros valientes hermanos de armas
avanzaban tan resueltos y ágiles como si saliesen entonces del cuartel.
Las
fuerzas fueron subdivididas para envolver el pueblo de Salvacañete donde la facción se fortificó al saber que íbamos a
batirla, llevando la vanguardia el valiente batallón de Córdoba. La brigada
cayó sobre el pueblo e inmediaciones como un diluvión, y se hizo pronto dueña
de él, obligando al enemigo a una huida desordenada por un punto al que minutos
despues llegaba el batallón de reserva de Ávila, despues de vadear un río y
trepar un monte por rocas casi
inaccesibles, logrando, sin embargo, hacerles algunas bajas y un prisionero.
El
comportamiento del batallón de Almansa fue también valiente y decidido, y la
caballería parecía tener alas al trepar y saltar sobre las rocas; en resumen
todos demostraron su valor y su entusiasmo hasta su más alto grado.
Entre
los muertos enemigos lo fue el
comandante del escuadrón sagrado, que se compone todo de oficiales: sus bajas
fueron muchas y las nuestras
insignificantes; no sé de ninguna grave.
En
el soldado hemos encontrado, no solo muestras de su gran disciplina y subordinación, sino rasgos tan
cariñosos como venir a dar a sus oficiales el décimo de su ración de pan que se
les dio al ver que aquellos no entraban en la repartición, y cuando encontraban
alguna charca se disputaban la preferencia de que nosotros bebiéramos el
agua que habían cogido en su fiambrera o
vaso de hojalata.
Después
de la victoria cantaban los soldados la siguiente copla:
El
general López Pinto/ ya no quiere guarnición /que quiere matar carcundas/ en
los montes de Aragón
Despues
de profusión de entusiastas vítores de
los prisioneros a sus libertadores y de cuantas demostraciones de cariño y de
reconocimiento es capaz el hombre, regresamos a esta donde nos recibieron con
entusiasmo grandísimo, saliendo las autoridades civil, militar y el
ayuntamiento a felicitar al brigadier.
Portada
de la publicación de Mariano López Marín sobre la 1ª guerra Carlista en la zona
de frontera entre Teruel, Cuenca y Valencia inédita en parte y con muchas referencias documentales.
Formamos
todas las fuerzas por la tarde para revistarlas el brigadier y luego dirigió la
siguiente alocución:
“Soldados
y voluntarios: Faltaría a un deber de gratitud, si de nuevo no os reuniera bajo
los muros de esta invicta Teruel para daros las gracias por vuestro
comportamiento en la jornada del 19.Horas antes de efectuarlo, y en medio de
las ásperas breñas de Albarracín, recordáis que acudí a vuestra bravura,
sufrimiento y disciplina para salir airoso de tan delicada empresa. Prueba de
que conocía a mis valientes compañeros es que os anuncié como cosa resuelta la
victoria. Con soldados como vosotros se conquista el mundo y cualquier empresa
es fácil. Habéis escrito la página más brillante de mi pobre historia militar;
nada puedo ofreceros en este momento más que mi eterna gratitud, recomendando
vuestros distinguidos servicios para que
sean premiados por el gobierno de la nación, pero todos vosotros estáis
penetrados que ninguna recompensa valdrá
más que la de tener el orgullo de haber pertenecido a la primera brigada de
Aragón que libertó a sus bizarros compañeros prisioneros en la defensa de
Cuenca. Camaradas; ¡Viva España! ¡Viva el ejército!
Los
soldados y el numeroso pueblo contestaron compactos y vitorearon entusiastas al
brigadier.
Entre
las inauditas crueldades que los carlistas han cometido, hay cinco o seis casos
de asesinar a bayonetazos a los prisioneros que rendidos de cansancio no podían
continuar la marcha por su pie con la agilidad que ellos deseaban”
Muchas otras
publicaciones recogen este hecho por el cual el
brigadier López Pinto fue
condecorado y recibido con honores allí
donde llegaba igual que las tropas a su mando.
Espero que
os gusten estos breves apuntes históricos y os deseo una muy felices
fiestas 2019 bajo el amparo de nuestra
madre la virgen de Valdeoña.
Salvacañete,
septiembre de 2019
Vuestro paisano y amigo.
Mariano López Marín
En
la iglesia de Salvacañete se refugiaron varias veces las gentes de nuestro
pueblo para protegerse de los ataques carlistas, según diversos documentos
consultados en la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica. Fotografía de mi
amigo Amadeo Muñoz García cuando fue restaurada la fachada que da a la plaza en 2015.
[1] [1] LOPEZ MARIN, M. “Salvacañete: su historia y sus gentes”. Edic.
Excmo. Ayto de Salvacañete. Gráficas
Llogodí, Utiel, 2004.Págs 315-318.
[2]
LOPEZ
MARÍN, M.-“Las guerras carlistas en Salvacañete y su comarca en
sus documentos” Trabajo
inédito en parte. Una parte “Cronología y
hechos de la primera guerra carlista en
la zona de frontera entre Teruel, Cuenca y Valencia” lo presente al VI Congreso de historia comarcal
organizado por el Centro de Estudios Requenenses (CER) y está publicado en
versión resumida en Oleana:
Cuadernos de Cultura Comarcal, ISSN 1139-4943, Nº. 28, 2014 (Ejemplar dedicado a: VI Congreso de
Historia Comarcal: " La Meseta de Requena-Utiel entre la guerra de
Independencia y la crisis finisecular:
1808-1898"), págs. 359-392.
[3] Biblioteca virtual de prensa histórica. La
Correspondencia de España:
diario universal de noticias: Año XXV Número 6077 - 1874 julio 22.[Madrid] :
Hilarión de Zuloaga, 22/07/1874 (Madrid).Pag 3 (Descargado el 10-6-2019)
[4] Biblioteca virtual prensa Histórica. El Gobierno: El Gobierno
- Año III Número 776 - 1874 julio 29 (29/07/1874) Madrid: Imp. a cargo de Juan Iniesta, 29/07/1874, pag. 2.
Descargado de https://prensahistorica.mcu.es/es/publicaciones
(17-7-2019).
[5]
Bagajeros: Conductores del bagaje militar.
[6] Esas grandes alturas son el Cerro de la Cabeza, el Cerro de la Umbría y
el alto de las Almas.
[7]
E.M. Estado mayor
[8] Esos molinos eran los tres que
hay junto al pueblo el de arriba, el de en medio y el de abajo.
[9]
Biblioteca Virtual de Prensa Histórica. Periódico El
bien público: Año II Número 425 - 1874 agosto 1. [Mahón : s.n., 01/08/1874]
(Mahón).Pág. 1.
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