Entrada destacada

CURIOSIDADES DE LA HISTORIA DE SALVACAÑETE COMO ALDEA DE MOYA

  Este trabajo que  os doy ahora a conocer  fue una  conferencia  que realicé  en la Iglesia de Santa María de Moya el 11 de agosto de 2003...

jueves, 6 de marzo de 2025

RELACIONES ENTRE LAS TIERRAS DE MOYA Y UTIEL 2º Parte .Moya y Utiel en el siglo XIV. Los Albornoz Señores de Moya y Utiel.

 

 

MARIANO LÓPEZ MARÍN. Cronista oficial de Salvacañete y de Moya (Cuenca)

Este trabajo es continiación del anterior publicado en este mismo blog

RELACIONES ENTRE LAS TIERRAS DE MOYA Y UTIEL 1ª Parte .Desde los primeros tiempos hasta principios del siglo XIV.

 

Es conveniente recordar  la situación que atravesaba Castilla[1]  y cuál era  su situación política  a mediados del siglo XIV, de cuyo desarrollo tuvieron que ver bastante los Albornoz, una poderosa familia conquense[2]. El punto de  partida de este análisis lo situaremos en 1353, unos pocos años antes  de que comenzara  el conflicto bélico entre Castilla y Aragón, que aunque se dio por finalizado en 1366 se prolongó sórdidamente  hasta 1375 y donde intervinieron de manera más o  menos directa  otros estados peninsulares y europeos: Navarra, Portugal y Francia  lo hicieron por el lado de Aragón e Inglaterra y Génova por parte de Castilla. En 1355 se concedió la Carta Puebla a Utiel dada por el rey Pedro I de Castilla en Curiel de Duero (Curiel de los Ajos) lo que marcó un antes y un después en  su historia. Moya y Utiel compartirán en este siglo XIV devenires históricos comunes influenciadas ambas villas por su situación fronteriza en la raya entre Castilla y Aragón y los conflictos bélicos entre ambos reinos.




Diapositiva de la presentación Power Point realizada por Mariano López Marín para explicar la historia de Utiel a los alumnos de primaria de los centros educativos utielanos e impulsada desde la Asociación Cultural Serratilla. A algún centro educativo se les ha facilitado para su proyecto educativo.

  La causa más importante del  enfrentamiento fue  la reivindicación castellana  de los territorios meridionales  del antiguo Reino de Valencia  que habían sido anexionados  a Aragón por Jaime II como consecuencia de los acuerdos  de 1304 y 1305. Pero en la realidad a esta motivación se añadió el descontento ya existente de algunos nobles castellanos viendo cómo iban perdiendo influencia en la corte castellana como consecuencia de la llegada  al trono de Pedro I aprovecharon la ocasión  para alzarse también contra el monarca  argumentando como excusa la infidelidad  conyugal del rey hacia Dª Blanca de Borbón. Entre estos nobles que  encabezaron la sublevación en Cuenca estaba D. Alvar García de Albornoz.

En mayo de 1355 D. Pedro conquistaba Toledo y al mes siguiente  pactaba con D. Alvar  en un intento de conseguir la pacificación  de la frontera de Aragón. Cuenca volvió a la obediencia. El rey perdonó a sus moradores  y en especial a D. Alvar  García, a su hermano D. Fernán Gómez y a D. Gómez García  (hijo de D. Alvar) “con indulto sellado en plomo y firmado” (4-9-1355)[3]. Pero no duró mucho esta avenencia puesto que  al año siguiente, con el inicio de la guerra contra Aragón “los ánimos estaban muy indignados “. D. Pedro arremetió contra los seguidores de Dª Blanca  y D. Enrique de Trastamara. Este huyó  a Francia  mientras que D. Alvar  y D. Fernán lo hicieron a Aragón, su hermano el cardenal  D. Gil Álvarez  marchó  a Italia, y  todos ellos  con otros capitanes  fueron formando  las bases de un partido  que,  encabezado por D. Enrique, tomaría la revancha en 1366.

El rey Pedro IV de Aragón facilitó la relación de los hermanos Albornoz con el conde D. Enrique, enviándolos a Francia  como mensajeros suyos. En 1356  volvió el Conde a la  península y llegó  a un acuerdo con el Ceremonioso. Entre los testigos de este acuerdo también estuvo presente D. Alvar García. En este histórico encuentro  se produciría  la definitiva adhesión de  los dos hermanos  a la causa trastamarista   mediante el desarrollo de una gran  amistad  y confianza mutuas, hasta tal punto que D. Alvar  representó a D. Enrique  en numerosas ocasiones  y apareció a su lado  en los actos más importantes  de la guerra, como ocurrió en la tregua   firmada en Magallón el 10 de Mayo de 1357 donde acudió en representación del rey aragonés, junto con D. Pedro de Jérica  y D. Bernaldo de Cabrera[4] .Años antes, en 1349, D. Bernaldo de Cabrera había ofrecido  el castillo de Salvacañete, junto con otros de la zona,  para el trato de matrimonio  de la Infanta a doña Juana  con el conde de Trastamara[5]. En esta tregua, según Zurita, se acordó el perdón del rey de Castilla al Conde de Trastamara y la restitución de todos los bienes, villas  y heredamientos  que habían sido secuestrados  tanto a D. Enrique como a D. Alvar y a otros caballeros, debiendo hacer lo propio el aragonés  con los infantes D. Fernando y  D Juan, y con otros caballeros  y damas aragoneses.

Pero a  la muerte  de infante D. Juan por orden de Pedro I (1358), su hermano D. Fernando que supuestamente  hasta ese momento había ostentado  el título de Señor de Requena y Moya, volvió  al servicio del Rey de Aragón y renunció  a sus señoríos. El monarca aragonés encomendó a D. Fernando la guerra con Castilla y le ofreció un ejército  de 2500 caballos. A cambio D. Fernando consentía la entrega a la corona  de Aragón del Reino de Murcia  y las villas de “Requena, Moya, Cañete, Cuenca, Pareja, las  Villas del Infantado, Estremiella, Beteta, Molina, Medinaceli, Almazán, Berlanga, Soria, Gomara  y Ágreda, con sus castillos y  términos”[6]. El rey Pedro I el Ceremonioso formalizó un tratado con el infante Fernando de Aragón y le reconoce como  pretendiente a la conquista castellana. Este infante cede a la corona de Aragón, una vez obtenida por él la de Castilla., el Reino de Murcia, Cuenca, Requena y Cañete, las villas del Infantado, Molina y casi la totalidad de la provincia de Soria. En el mes de enero de 1361[7].

 Aquel mismo año se firmó la Paz de  Terrer (18-5-1361) y con ella acabó temporalmente la contienda entre Castilla y Aragón. Pero al año siguiente  fue reanudada de nuevo  cuando Pedro I lanzó m una nueva ofensiva en la frontera aragonesa, aliado con Portugal, Navarra y Granada, tomando  algunas villas y ciudades importantes como Tarazona, Cariñena, Teruel, Jérica, Segorbe y Sagunto y obligó al aragonés a firmar un nuevo tratado de paz en Sagunto ( Julio de 1363). Este tratado  paralizó nuevamente las hostilidades  y supuso la pérdida  de la parte meridional del Reino de Valencia, que pasaron  a pertenecer a Castilla. El monarca castellano exigió  además eliminar  tanto al infante D. Fernando, como  a D. Enrique. El infante murió en Castellón al resistirse a su detención y gracias a esto D. Enrique  pudo recibir bajo su mando las tropas de aquel.

Poco tiempo después, finales de marzo de 1363, Pedro el Ceremonioso establecía otro convenio con  el conde Enrique de Monzón por el cual lo reconocía como pretendiente a la conquista castellana, comprometiéndose el conde a entregarle al rey la  sexta parte de todo lo que conquistase en Castilla, en partes a escoger por el rey. Al ser asesinado el príncipe aragonés Fernando, Pedro el Ceremonioso establecería  otro pacto en Binefar   (6-10-1363). Por dicho pacto el rey ayudaría  D Enrique  a  conquistar el trono  de Castilla y el conde  de Monzón reconocía como dominio aragonés   las ciudades de Utiel, Requena, Cañete, Cuenca, Molina, Medinaceli, Almazán, Soria y  Ágreda.  En 1366 D. Enrique fue proclamado rey de Castilla y se inició una dura guerra civil en Castilla, que duraría tres años, entre  D. Enrique (representante de  los intereses de la  nobleza, de los terratenientes y  de la Mesta) y D. Pedro (defensor del pueblo y de la burguesía). Por otra parte el rey de Aragón, en  un nuevo intento de anexionase las plazas fronterizas  con el reino de Castilla exigía   a D. Pedro de Castilla  las plazas de Alcaraz, Requena, Utiel; Moya, Cañete y Cuenca  a cambio de confederarse con  él, en contra del bando de D. Enrique[8].

Vamos comprobando como Salvacañete, Cañete, Utiel y Moya van perteneciendo indistintamente a la Corona Aragonesa o castellana según intereses de los reyes de ambos reinos. Esta zona le interesaba mucho al rey de Aragón. Durante el reinado de Pedro I, se produciría al rebelarse la nobleza la primera guerra de este periodo. Cuando muere Pedro I, su sucesor Enrique II intentó la rápida pacificación del país pero gran parte de las ciudades tardaron en reconocerle como rey. Así las guarniciones de Cañete y Requena alzaron pendones por el rey Enrique II, aunque sus respectivos castillos estaban en manos de los aragoneses, creándose así  una zona de conflictos muy peligrosa, que a finales de junio de 1369 derivó en una ruptura casi abierta, cuando Pedro González de Mendoza  y Alvar García de Albornoz, enviados con tropas de Enrique II, bloquearon ambos castillos y guarniciones   obligando a los aragoneses a marcharse, pasando Cañete y su zona de influencia, Salvacañete y Requena  nuevamente a manos castellanas.

En  marzo de 1369 D. Enrique derrotó en Montiel  a D. Pedro y así dio comienzo la dinastía de los Trastamara en Castilla con dos  constantes a lo largo de  su reinado: el aumento de la presión fiscal sobre los pecheros para hacer frente a la deuda acumulada por las guerras con los mercenarios extranjeros, y la disminución de las rentas reales  debido a la disgregación del patrimonio real  en las numerosas “mercedes” concedidas por el apoyo   político y militar que le había prestado la nobleza. Entre los beneficiarios de esas mercedes  estuvo lógicamente D. Alvar  García de Albornoz  a quien D Enrique en recompensa  por sus grandes servicios le  nombró su  Mayordomo Mayor  y le hizo donación de las villas de Moya y Utiel con su jurisdicción[9], en la que entraban  todos los lugares que eran aldeas  de Moya, por supuesto Salvacañete entre ellos. Con esta donación conseguía mantener como súbditos reales  a una familia como  la de los Albornoz con el gran cardenal D. Gil entre sus componentes, y a sus familiares aragoneses  los también poderosos  Luna. Ello suponía un gran prestigio para la causa enriqueña. D. Alvar, el flamante Señor de Utiel y Moya se convirtió en un personaje muy importante  de la estructura política de Castilla. 

      Asó nos dice  al respecto D. Gerardo González García en su famoso manuscrito “Noticias de Moya”[10]. “A este Caballero, en premio a sus grandes servicios, hizo el Rey su Mayordomo Mayor, y le dio las Villas de Moya y Utiel, con su jurisdicción, aunque no llegó a tomar posesión de ellas, como parece de una Cédula suya, en que manda a los vecinos de Moya den la posesión de la Villa y obedezcan como a Señor a Micer Gómez de Albornoz, por cuanto había hecho merced de ella a Alvar García su padre, que fue su Mayordomo Mayor, su fecha en Soria 23 de Junio, Era de 1412, año 1374.”[11]

     Resistieron los vecinos este mandato defendiéndose con los privilegios que tenían para no ser enajenados de la Corona, y ser patrimonio de los primogénitos de los Reyes; con que fue necesario que el Rey, deseoso de castigar a los de Moya, que siguieron siempre con gran constancia el partido de su hermano, y de premiar los grandes servicios de esta familia, tomase otro camino por donde conseguir sin violencia su intento; y habiendo ajustado paces con el Rey D. Pedro de Aragón, y capitulado, entre otras condiciones, que se le restituyese el Castillo y Villa de Molina, se obligó, para satisfacción de los gastos que el de Aragón había hecho, a pagarle ciento ochenta mil florines, que se habían de asegurar sobre las Villas de Requena, Utiel y Moya, y para este efecto se habían de poner en tercería hasta la paga de esta cantidad. Y aunque Gerónimo de Zurita([12]) dice que lo capitulado fue que se entregasen al Arzobispo de Zaragoza, y a D. Ramón Alemán de Cervellón,[13] esto no fue así, o si vio escritura que lo dijese, se varió después esta condición; porque en verdad lo que pasó fue que habiendo llamado el Rey Cortes a Soria en el año 1375, y concurrido a ellas los procuradores de Moya, les obligó con juramento y pleito homenaje a que recibieran por Señor a Micer Gómez de Albornoz, y le obedeciesen como a tal; y con relación de este juramento dio su albalá para los vecinos de la Villa, mandando que lo cumplan así como sus Procuradores lo habían jurado, y prometido, dado en aquella Ciudad en 24 de Junio, Era 1413, que corresponde al año referido; en cuya virtud los vecinos ratificaron el pleito homenaje de sus Procuradores, y le hicieron de nuevo, como consta el auto celebrado en esta razón en 6 Julio del mismo año, recibiendo por Señor a Micer Gómez de Albornoz, y jurando de obedecerle sobre la Cruz, y los Santos Evangelios, en presencia del Arzobispo de Zaragoza, y de D. Ramón Alemán de Cervellón -que asistieron como Diputados del Rey de Aragón- para seguridad de lo prometido en la paz, y por el tiempo asentado en los Capítulos de ella. Pero aunque pasó mucho, satisfecha o no aquella cantidad, de que hay poca luz en las historias, puesto una vez Micer Gómez de Albornoz en la posesión, no fue fácil echarle de ella, hallándose con el título legítimo de la merced que el Rey D. Enrique hizo a su padre, y así la poseyó toda su vida, y después de ella D. Juan de Albornoz su hijo,[14] y de Dª Constanza Manuel, Señora del Ynfantado.[15] De que se reconoce cuánto se adelantó el Cronista D. José Pellicer,[16] Informe de lo Sarmientos, folio 77 en llamar Señor de Moya y Utiel a García Álvarez de Albornoz  padre de Alvar García, siendo éste el primero a quien hizo merced de estas Villas el Rey D. Enrique II, de que no tomó posesión, y después de su muerte la consiguió su hijo por medio referido; equivocación que pudo tomarse de haber vivido en ella muchos de sus ascendientes, y ser tradición que Álvaro de las Mariñas se halló y señaló en su conquista, cuando se ganó los moros, y haber quedado muy heredado en ella, por cuya causa se llamó Álvaro de Moya, y casó con Doña María Álvarez de Albornoz, Señora de la Villa de éste nombre, tronco y cepa de esta ilustre familia, según asegura el historiador Pedro Mártir Rizo([17]) y otras memorias manuscritas. Lo que no puede negarse es, que Álvaro de Albornoz,[18] padre de Garci Álvarez de Albornoz, como Caballero de gran prudencia y crédito, fue nombrado de conformidad de los Reyes de Castilla y Aragón, para determinar las diferencias que había sobre los términos entre la Villa de Moya y la de Alpuente, y la Ciudad de Albarracín y otros lugares de la raya, que ejecutó tan a satisfacción de los interesados, que los redujo a quietud, cesando las hostilidades que duraron muchos años, entre los vecinos de ambos Reinos, como refiere Gerónimo de Zurita;([19]) y que su hijo Alvar García fue Justicia Mayor de Moya por mandado del Rey Alfonso XI hasta que le privó de esta dignidad el Rey Don Pedro su hijo, como llevamos dicho; motivos muy bastantes para creer que de tiempos muy antiguos fueran Señores de Moya a no constar lo contrario por escrituras auténticas, como se verá claramente por lo que sigue.

     Murió Don Juan de Albornoz, señor de Moya y Utiel y de las Villas del Ynfantado y otros grandes Estados, dejando de su mujer Dª Constanza de Castilla, hija del Conde D. Tello, dos hijas, que fueron Dª María y Dª Beatriz,[20] en cuyo nombre, y como su tutora, Dª Constanza pidió facultad al Rey D. Juan I para vender las Villas de Moya y Utiel, para pagar las deudas de su marido; y la razón que da en la súplica para vender estas Villas, y no otras de las que dejó, es: "Por cuanto las dichas Villas, y sus términos están de tal manera condicionadas, e submetidas a restitución, que si la dicha Dª María su hija, que es la mayor, muriese sin fijos legítimos, las dichas Villas e sus términos habían de volver a la Corona del Reino", palabras textuales de aquella facultad.”

 

Con la muerte de Pedro I la guerra no terminaría. Quedaba pendiente el pleito con Aragón. Las guarniciones de Cañete y Requena en una desafortunada decisión tomada por el alcaide de la última D. Fernando Martín de Pariellas siguieron el ejemplo de Molina y alzaron banderas por Aragón. Durante  un tiempo  se dio la circunstancia que  la fortaleza requenense  estuvo en manos  de los aragoneses y el pueblo  aclamaba al de Trastamara.  En Junio de 1369  el nuevo rey envió   al Señor de Utiel junto con don Pedro González de Mendoza, que sitiaron el castillo  y forzaron a los aragoneses a abandonarlo. El señor de Utiel fue recompensado por el rey con cien excusados, consistente en la exención  de pechos, servicios y pedidos reales  a un centenar de personas  que trabajaban a su servicio (molineros, horneros, criados  mayordomos, yuveros, etc.) los cuales  quedarían bajo la dependencia económica  directa de D. Alvar[21].

En 1370 los portugueses también aspiraban al trono de Castilla y  mantuvieron negociaciones con los franceses por las cuales si, en el caso de obtener la victoria, el rey de Portugal sería nombrado  monarca  de Castilla  y el de Aragón recibiría  las villas de Requena, Utiel, Moya, Cañete, Cuenca  y otros[22], las cuales serían  anexionadas  a dicho reino. Solamente la amistad que D Enrique tenía con el rey de Francia  le valió para llegar a un acuerdo tanto con aragoneses como con lusitanos.

En diciembre de 1371 se reunieron los delegados castellanos, Obispo de Burgos  y Alvar García de Albornoz, Señor de Utiel  y Moya, y los aragoneses, Obispo de Lérida y Ramón Alemán de Cerbellán para firmar un pacto entre Castilla y Aragón. Se reunieron entre Cañete y Castielfabib, en la misma frontera entre ambos reinos. El lugar de la reunión, la Cruz de los tres Reinos. Y aunque las guarniciones de Cañete por parte de Castilla y Castielfabib por parte aragonesa estaban preparadas  todo se llevó acabo con gran orden y comprensión, firmándose el tratado el  4 de enero de 1372. Esto hizo que el conflicto entre ambos reinos se demorase. El  12- 4-1374 se firmaría  un acuerdo de paz entre castellanos y aragoneses en el Monasterio de San Francisco de Almazán (Soria).Por este acuerdo la Infanta Dª Leonor  recibía 200.000 florines  en concepto de dote por su matrimonio con el Príncipe D Juan, y Pedro IV  restituía  oficialmente Molina  y Requena  y los demás lugares que ocupaba, entre los que se encontraba Moya, a cambio de una indemnización  de 180.000 florines   a pagar en varios plazos[23].

     

                                         Castillo de Moya. Foto Mariano López Marín. 


                                    Panorámica de Utiel. Tomada de la web municipal.


Espero que estos breves apuntes históricos de las relaciones entre Moya y Utiel en el siglo XIV sirvan para entender un poco más la importancia que ambas tenían como zona de frontera entre Castilla  y Aragón y por qué se las disputaban los reyes de ambos reinos. Se ama lo que se conoce.

                 



[1] LOPEZ MARÍN, Mariano.-“Salvacañete: su historia y sus gentes” .Edición Excmo Ayuntamiento de Salvacañete. Gráficas Llogodí, Utiel 2004.890 págs. Págs. 133-136.Trabajo “Relaciones entre las tierras de Moya y Utiel” escrito en 2005 con motivo de los 650 años del otorgamiento de la Carta Puebla a Utiel  por el rey D Pedro I de Castilla en Curiel de Duero (Curiel de los Ajos) el año 1355.

[2] ALABAU MONTOYA, José. “El Señorío de Utiel” Un estudio biográfico de los distintos  señores  que ostentaron cierta dignidad  durante los siglos XIV y XV. M I. Ayuntamiento de Utiel. Centenario de la   publicación de la Historia de Utiel de Miguel Ballesteros Viana. Gráficas Llogodí.  Utiel 1999.  Págs. 56-65.

[3] MUÑOZ Y SOLIVA, Trifón Historia de  la  muy Noble, Leal e Ínclita   Ciudad de Cuenca y del   territorio de su provincia y obispado, desde los tiempos primitivos  hasta la edad presente. Cuenca 1866-1867; 2 volúmenes. Pág.201.

[4] Por parte de Castilla acudieron a la cita  D .Juan Fernández de Hinestrosa, D. Juan Alonso de Benavides  y D. Iñigo López de Orozco (ZURITA, Gerónimo de. Anales de la Corona de Aragón Zaragoza  1562-1579. Hay edición moderna de A. Canellas López .1967 Libro  IX. Pág. 330).

[5]Op. Cit. ZURITA, Gerónimo de.Anales de la Corona de Aragón” Zaragoza  1562-1579. Hay edición moderna de A. Canellas López .1967  Tomo IV, años  1344-1410. Libro VIII. Cap. XXV tomo IV, años  1344-1410. Libro VIII. Cap. XXV.

[6] Op. Cit ZURITA, Gerónimo de. Anales de la Corona de Aragón. Libro IX. Pág., 408.

[7] HISTORIA DE ESPAÑA. D  RAMÓN MENENDEZ PIDAL. Tomo XIV, Págs. 191,192.

[8] Op. Cit. ZURITA, Gerónimo de. Anales de la Corona de Aragón. Libro VIII. Cap. LXXI.

[9] PINEL Y MONROY, F. Retrato del Buen vasallo. Dice Pinel y Monroy que D. Alvar no debió tomar  posesión de estas “ villas” como parece de una cédula  de Juan I en la que manda  a los vecinos de Moya  den la posesión de la villa  y obedezcan  como señor a Micer Gómez de Albornoz, por cuanto había hecho merced de ella  a Alvar García, su padre  (Soria-23-6-1374) ( Op. Cit. Pág. 211) Los moyanos se  resistieron  a aceptar  como señor a Micer Gómez y en las Cortes de Soria  de 1375, donde acudieron los propios procuradores de Moya a  presentar su recurso, el rey les obligó  a aceptarlo y  obedecerle  como tal. Finalmente el  pleito homenaje tuvo lugar  el 6-7-1375. Citado por ALABAU MONTOYA, José. El Señorío de Utiel. Pág. 59.

[10] GONZÁLEZ GARCÍA, GERARDO. “Noticias de Moya”. Moya. Campillos Paravientos 1887-1894. Manuscrito de 296 páginas, fol. Archivo Diocesano de Cuenca (ADC) L-130 b. Están  preparando una edición del mismo Algarra Hernández ,Régulo y López Marín ,Mariano

[11] Ver “Cuatro cosas de Moya”, en Moya. Estudios y Documentos, I, 1996, con variadas referencias a las relaciones de los Albornoz con Moya, y allí en especial, LUIS MOMBIEDRO, Baltasar Caballón de la Carrera. Fundación de Moya y su antigüedad.

([12] ) Libro 10, Cap. 19.

[13] Diputado en las Cortes de Soria de 1375.

[14] Colección Abella, 1786; Leg. 1º, doc. 52. Hemos puesto de manifiesto la importancia de esta detallada colección documental en Moya. Estudios y Documentos, I, 1996, p. 197, y un listado completo de los docs. de moya contenidos en la misma, en p. 401 y ss.

[15] Esposa de Micer Gómez de Albornoz y nieta del Infante Don Juan Manuel.

[16] Historiador (ⴕ 1679); imprescindible escritor gongorista de extensa erudición y copiosa bibliografía (s. XVII), Cronista Oficial de Castilla y Aragón; obra en gran parte inédita, aunque accesible.

([17]) Hist. de Cuenca, 3ª parte, Cap. 6.

[18] Fundador del linaje.

([19]) Lib. 6º, Cap. 76.

[20] Casada con D. Diego Hurtado de Mendoza, Señor de Cañete.

[21] DE MOXÓ, SALVADOR Los Albornoz. .Vol. I,  Pag 47.

[22] Op. Cit. ZURITA, Gerónimo de. “Anales de la Corona de Aragón” Libro X. Cap. X.

[23] SUÁREZ FENÁNDEZ, Luis. “La España Cristiana” Op. cit. Pág. 178. También recoge un pacto parecido entre castellanos y aragoneses BALLESTEROS VIANA, Miguel  en “Historia de Utiel”. Op. Cit. Pag 101. Este pacto  se efectúo en Tarba en 1367, donde se propuso el casamiento entre descendientes de ambos coronas.  Aragón pidió como dote de la Infanta  de Castilla “la región de Murcia y las villas  de Requena y Utiel y todas sus aldeas o el embargo  de dicho territorio hasta la entrega de un millón de doblas de a cinco reales  que podrían pagarse en el acto  o en un plazo de diez años”

 

(C) MARIANO LÓPEZ MARIN