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CURIOSIDADES DE LA HISTORIA DE SALVACAÑETE COMO ALDEA DE MOYA

  Este trabajo que  os doy ahora a conocer  fue una  conferencia  que realicé  en la Iglesia de Santa María de Moya el 11 de agosto de 2003...

miércoles, 8 de octubre de 2025

MADERA DEL TERMINO DE SALVACAÑETE PARA ABASTECER A LA CIUDAD DE VALENCIA Y PARA LA ARMADA EN EL SIGLO XVIII

 Mariano López Marín. Cronista Oficial de Salvacañete y Moya (Cuenca)


Este  trabajo  está dedicado a la explotación de la madera en Salvacañete en el siglo XVIII cuando nuestro pueblo era un importante centro maderero para la armada española y  por el cual pasaban rutas carreteras  por las que transportaban maderas con carros madereros con destino al aguadero de la Virgen de la Huerta en Ademuz, junto al río Turia. Desde allí cuadrillas de gancheros de Ademuz, Cofrentes y Chelva y de pueblos próximos al Turia los transportaban hasta Valencia por el río Turia. Forma parte de mi último libro publicado en marzo del año 2020 LOPEZ MARIN.MARIANO.-Bosques ,madera ,maderadas y gancheros  en el Marquesado de Moya. Ediciones Rodeno y colaboración de los Excmos. Ayuntamientos de Salvacañete, Moya, Aliaguilla y Mira. Cullera 2020.Está enriquecido con nuevas aportaciones documentales fruto de mis investigaciones posteriores.

Madera del término de Salvacañete para abastecer a la ciudad de Valencia y para la armada en el siglo XVIII[1]

En los años siguientes a la elaboración de las Respuestas del Catastro de Ensenada  en 1752 debió intensificarse la extracción de madera para la ciudad de Valencia, afectando principalmente al término de Salvacañete, a juzgar por los contratos conservados en el Archivo Municipal de Valencia (AMV).[2] Estos confirman el uso del aguadero  de Ademuz, aguas arriba del de Santa Cruz de Moya. La madera  de las tierras altas de Salvacañete, pese a estar esta población situada junto al río Cabriel, tenía más fácil salida por el río Turia en Ademuz.

 LOPEZ MARIN.MARIANO.-Bosques ,madera ,maderadas y gancheros  en el Marquesado de Moya. Ediciones Rodeno y colaboración de los Excmos. Ayuntamientos de Salvacañete, Moya, Aliaguilla y Mira. Cullera 2020

En 1764  Gabriel Almazán, boticario y vecino de Moya, firmó un contrato con  Josep Marín, administrador de la compañía valenciana  formada por Hipólito Ravanals, maestro carpintero, Vicente Gascó, maestro de obras del Rey, y Joseph Segarra, contador del Santo Oficio  de la ciudad de Valencia. En el contrato Almazán se comprometía  a entregar durante cinco años y en cada mes de diciembre, 150 cargas de madera o más si la hubiere, puesta a “tumbo de agua”, es decir lista para echar al río, en los aguaderos de la villa de Ademuz. La madera procedía del pinar de La Peraleja (Salvacañete), propiedad del Marqués de Siruela. Almazán se comprometía también a no vender pinos de la Peraleja a ninguna otra compañía. El contrato fue  ratificado por Antonio Almazán, hijo del  anterior, el 29 de enero de 1767, y además firmó otro con la compañía de Manuel Isach de la ciudad de Valencia para suministrarle 100 cargas de madera cuadreada procedentes de la dehesa de Masegosillo (Salvacañete) propiedad de D. Benito Betancourt, vecino de Madrid. La entrega debía hacerse a primeros de enero del año siguiente (1768) en el aguadero de Ademuz[3]. Primeramente la madera , una vez cortada y cuadreada se llevaba  hasta el  lugar de la Casa del Mojón (Salvacañete) por una ruta carretera y desde allí continuaba  esta ruta por el rento de las Tóvedas (Castielfabib) hasta Ademuz, ruta conocida como el Camino de Castilla.

En los aguaderos, en nuestro caso en los dos de Ademuz, la madera pasaba de mano y se realizaban los trámites para su entrega. Los empresarios que habían comprado árboles en los montes y que los habían hecho talar y transportar hasta el río traspasaban la madera a los asentistas de maderas que se la habían comprado y encargado con anterioridad. Eran éstos últimos quienes se ocupaban del transporte y hacían navegar las piezas hasta Valencia, donde las revendían al mejor postor o a quien les había hecho el encargo.

Las modalidades de estas gestiones y los acontecimientos a su alrededor se pueden deducir a partir de un  interesante expediente [4] del Tribunal de Comercio. conservado en el archivo Municipal de Valencia, que se refiere a un proceso entre dos grupos transportistas de maderas, en el cual está implicado el proveedor de la madera. Por un lado estaba la compañía de Joseph Segarra, Ypolito Ravanals y Vicente Gascó junto con Manuel Ysach, y, por el otro, la compañía de Francisco Sabater y Joseph Cubells, todos los cuales tenían tratos con el proveedor Gabriel Almazán.

En las actas aparecen primero los dos contratos entre los dos grupos de transportistas y el proveedor. Gabriel Almazán, maestro boticario y vecino de Moya, estipuló primeramente un contrato con Joseph Segarra, Contador del Santo Oficio de la Inquisición, Ypolito Ravanals, maestro carpintero y Vicente Gascó, Maestro de Obras del Rey, todos de Valencia. El primero se comprometía a entregar, en el mes de diciembre y durante cinco años a partir de 1765, 150 cargas de madera del marco 55 de Valencia en los aguaderos de la villa de Ademuz, y le sería pagado por cada carga 10 libras, 17 sueldos y 6 dineros por los costes “de monte, corte, cuadreo, y acarreo hasta dejarlas a tumbo de agua”.[5]

El contrato contenía algunas condiciones y especificaciones como, por ejemplo, la longitud de las piezas: 100 cargas debían tener una longitud de 18 y 24 palmos, mientras que las restantes 50 cargas debían tener una longitud de hasta 30 palmos, con algunas piezas de 36 y ninguna con defecto alguno que disminuyese su valor. Gabriel Almazán no podía vender a otros la madera objeto del contrato hasta que hubiera pinos en el pinar de la Peraleja, perteneciente al Marqués de Siruela. El precio que se le debía pagar se repartía de la siguiente manera: un tercio del total se le habría entregado en enero o febrero; la mitad del segundo tercio en el mes de julio y la otra mitad en el mes de septiembre; el último tercio se entregaría después de la entrega final. Además, en el caso de que alguien “tomase a su cargo proveher esta Ciudad por abasto, cerrado, y que no fuere permitido a otros el traher libremente la madera”,  el contrato quedaría nulo, simplemente arreglando las cuentas hasta ese momento. Es interesante que se tomase en consideración esta posibilidad, aunque no aparezca en otro documento; tampoco se puede suponer que, en los años en que en la documentación aparece un solo transportista, éste tenga la exclusiva. El contrato se cerraba con las típicas cláusulas por las cuales el vendedor debía pagar los gastos en caso de pleito y con los compromisos por los cuales todos se obligaban a cumplir el contrato arriesgando sus bienes.

En el segundo contrato, de 1766, el mismo Gabriel Almazán se comprometía a entregar a Manuel Ysach de Valencia 100 cargas de madera cuadrada proveniente de la Dehesa de Masegosillo, que se hallaba en el término de Salvacañete, en el Marquesado de Moya, perteneciente a Benito Betancourt Bargas y Montemayor de Madrid, al precio de 16.000 reales vellón, que corresponden aproximadamente a 10 libras  13 sueldos y 4 dineros. La entrega tendría lugar en enero del año siguiente en la orilla del río en la villa de Ademuz. El total del pago estaba repartido del siguiente modo: 1.500 reales en marzo, 1.000 reales en mayo, 3.750 reales en junio, 2.000 reales en el día de San Miguel y el restante en el mismo día de la entrega hasta llegar a los 16.000 reales. En este caso también existía una cláusula de exclusividad por la cual Almazán no puede vender a otro la madera procedente de ese lugar.

La demanda se instó en febrero de 1767 contra Francisco Sabater y Joseph Cubells por haberse llevado, en enero del mismo año, parte de la madera de las dos compañías citadas y haber quitado los símbolos que caracterizaban a los compradores, sustituyéndolos por el propio.

En el desarrollo de la causa se manifiesta que la madera que en esa época se encontraba en el aguadero de Ademuz, en la Partida de los Chopos, y era destinada a la compañía de Segarra, Ravanals y Gascó, fue señalada en presencia de Almazán y del representante de la compañía. El hachero puso “el señal de un pie de gallo y un testigo”, y en parte de la madera añadió otro testigo.

Los demandantes presentaron, como era costumbre, una sumaria información de testigos de la que se puede deducir que Sabater y Cubells, con ayuda de jornaleros, se llevaron una porción de madera con el símbolo de un pie de gallo y un testigo y el símbolo del pie de gallo y dos testigos. Además, los mismos quitaron, con la ayuda de Joseph Rodríguez de Vallanca, las señales de rosete en forma de aspa que algunas maderas tenían en las cabezas y luego pusieron las propias con la ayuda de dos labradores contratados para dar la vuelta a las maderas. Estos cambios se llevaron a cabo durante tres días, pero en el primero estaba presente solamente Antonio Almazán, hijo y heredero del Gabriel citado en los contratos.

El año de 1768 debió de ser de mucha actividad en el río Turia ya que a la posible bajada de la madera contratada por la compañía de Isach, al menos otras cuatro, como reflejan los autos con motivo del conflicto entre las compañías de  Joseph Marín y Joseph Gascó con el Duque de Villahermosa, señor del Vizcondado de Chelva[6]. De la primera bajaban 1800 cargas  de “madera cuadreada” y de la segunda 50.000 quintales de leña que se hallaban navegando a finales de marzo por el Vizcondado de Chelva. Las compañías denuncian que sus maderadas se vieron interrumpidas por otra de Luis Arnau, carpintero de Valencia, a cuenta del Duque de Villahermosa, lista para embarcar en Vado Salado (Tuejar).Por la misma fecha había ya otra maderada de un tal Belloch a la altura de Santa Cruz de Moya. Cuatro conducciones  en el tramo de río comprendido entre Santa Cruz de Moya y Tuejar  hacían difícil cumplir  con el intervalo de 15 días  que debía haber entre una y otra maderada.

Aunque este incremento de las maderadas con destino a la ciudad de Valencia  ha sido relacionado con un posible incremento de la construcción naval,[7]es mucho más probable que se debiera a la demanda interna de la propia ciudad de Valencia, que en aquellos años estaba creciendo mucho en habitantes y en casas gracias a la expansión de su industria textil sedera, cuyos telares eran de  madera[8].

En este contexto de mayor demanda  de madera en la ciudad de Valencia y actividad por parte de los abastecedores habituales del mercado local  tendría lugar la irrupción de una nueva demanda exterior, esta vez desde el Arsenal de Cartagena, y nuevos operadores, los asentistas de la Armada que venían  a sumarse a los habituales.

 



Masegosillo (Salvacañete).Rico en pinares de donde han salido durante siglos maderas hacia Valencia y otros lugares. Fotografías de Castor Barrera Marín y M .López Marín.


 

 

 

 

 Valdecarmona en Salvacañete. De este lugar salieron muchas maderas con destino a Valencia en el siglo XVIII. Era propiedad del Marqués de Cañete. Foto de mi amigo Nacho Latorre Zacarés. Gracias.

Salvacañete en primavera. Vista panorámica. Foto de mi amigo Raúl Jiménez.En su término se extrajo madera desde el siglo XIV y especialmente fue intensa la extracción desde el siglo XVIII. Muchas zonas quedaron deforestadas. En la década de los años 1960, hacia finales, se hizo una intensa repoblación forestal en muchos parajes. Estuve algún tiempo plantando pinos. Esta labor dio trabajo a mucha gente, sobre todo joven.



Rento de la Peraleja (Salvacañete)  rico en bosques de pinos  de los que han salido muchas maderas hacia Valencia y otros lugares desde el siglo XVIII o incluso antes. Fotografías de mi amigo Chema Checa del blog Pura Sierra. Muchas gracias



Pinares del Rento de Tórmeda (Salvacañete) muy rico en pinos cuya madera se explotaba ya en el siglo XIV y tenía privilegios reales. Perteneció al Marqués de Moya hasta bien entrado el siglo XX. Foto tomada de la web: http://www.senderoxtrem.es.Gracias.

 El término de Salvacañete ha sido rico y es en pinos. Desde la edad Media se citan lugares de explotación maderera como Tórmeda, cuyos pinares estaban protegidos por  privilegios reales. En el  siglo XVIII hubo en el mismo una intensa explotación maderera  con destino a Valencia  o para construir barcos para la Armada en el arsenal de Cartagena  en lugares como Valdecarmona, Agua en medio, Losejón, Masegosillo, La Peraleja, Torrefuerte, Cerro Monte, Cañigralejo, Ciriyuelos, Tórmeda y otros lugares.

Ruinas de lo que fue el caserío de La Boquilla  ( Salvacañete) por donde pasaba el antiguo camino  de Salvacañete a Ademuz y la ruta de carretería de madera que iba desde lugares de Teruel, pasando por  Salvacañete, Casas Nuevas y La Casa del Mojón hasta el aguadero de Ademuz en el río Turia. Un viejo pino negral (Pino de los Marines) testigo de mil historias de días de trabajo y vivencias en este caserío y de la riqueza maderera de la zona..Mariano López Marín

 La madera cortada en Salvacañete y en pueblos próximos de Cuenca y de la Comunidad de Albarracín en el siglo XVIII y anteriores  llegaba en carros madereros hasta el aguadero más nombrado y más antiguo en todas las noticias y más frecuentes era el Cantalar  de la Virgen de la Huerta, junto a la ermita medieval del mismo nombre, situada a la salida de Ademuz en dirección a Teruel. A este  se añadirá más tarde otro aguadero en la explanada que hay saliendo hacia Valencia, pasado el riachuelo de Vallanca o Boilgues donde también se construyó una ermita conocida localmente como del Rosell. A estos dos aguaderos, ambos sobre la orilla derecha del río, se traían para embarcar los pinos procedentes de las regiones madereras del Oeste,

El de la Virgen de la  Huerta  era el punto de arranque del quizá más largo camino de la madera que el profesor Juan Piqueras[9] de la Universidad de Valencia ha podido documentar a lo largo de muchas noticias. ”Los mapas topográficos lo rotulan como Camino de Castilla, aunque popularmente se le conoce también como Camino de la Madera. Siguiéndolo en sentido ascendente arranca junto al río en la citada ermita  y sube por la rambla de la Virgen lamiendo la falda del cerro del Castro en dirección a las Tajuqueras. Hasta allí es común con el camino viejo de Ademuz a Castielfabib, que sigue dirección hacia el Norte, mientras que el de Castilla o de la Madera  gira hacia el  Oeste buscando la llanura de las Tóvedas, una especie de corredor flanqueado al Sur por el Losar de Vallanca y por el que discurre la rambla de las Tóvedas, en cuyo amplio lecho rocoso han quedado marcadas las carriladas de los carros cargados de madera que bajaban por ella. Al llegar a las casas de las Tóvedas de Arriba el camino   cambia su rumbo al NO y sube unas penosas cuestas  hasta alcanzar el amplio y cómodo corredor de la Casa del Mojón, antigua venta que servía de descanso a los carreteros situada justo en la frontera entre los reinos de Valencia y de Castilla. Allí giraba de nuevo hacia el Oeste  siguiendo dicho corredor en dirección a Salvacañete, Salinas del  Manzano y Cañete. Desde este camino principal salían ramificaciones  a derecha e izquierda que llevaban a los bosques de origen de la madera. Los de la izquierda son más cortos y el más destacable  es el que lleva a la  antigua dehesa de Tórmeda  (Salvacañete) de donde se sacaba mucha madera.” Por este camino maderero de la dehesa de Tórmeda salían también las maderas de la Dehesa y sierra de Santerón de la Dehesa de las Dehesillas limítrofes con Tórmeda  a través del paso de la Peña del Verdinal acondicionado al efecto e incluso la sacaron también con los primeros camiones que transportaron madera en Salvacañete en la década de los año 1950 como me contaba Catalino Soriano, dueño de un tráiler maderero, y su hijo Mariano Soriano dedicados a estos menesteres bastantes años y Emilio Valero camionero de Salvacañete que vivió muchos años en Utiel. En el estrecho de la Tejería de Casas Nuevas, junto a la rambla que baja de la Hoya del Peral y del La Boquilla en las rocas se notan las huellas de las ruedas de los carros que dejaron  durante siglos de sacas de maderas de Tórmeda y lugares cercanos. Incluso también estas rodadas pueden ser restos de un ramal de una vía romana secundaria que unía Santa Cruz de Moya con la Vía romana 31 que pasaba por  Salvacañete[10].

Siguiendo con la narración del profesor Piqueras. “Por la derecha los ramales  son mucho más largos. El primero arranca a la altura de Casas Nuevas  y por el todavía recordado como Camino de Albarracín subía hacia el Norte  por el  caserío de Cañigralejo, la Val de Carmona  y la rambla del Agua  hasta penetrar en tierras de Albarracín por el poblado de Cañigral, siguiendo luego hacia los montes  de Frías y otros lugares del alto Guadalaviar. Esta ruta es citada ya en documentos medievales”. Todos los lugares por donde pasaba este camino eran muy madereros. “Bien desde la Val de Carmona (Valle Carmona) bien desde Salvacañete y Salinas salían otros caminos hasta los bosques de Masegosillo y la Peraleja (ambos en término de Salvacañete) y lugares más alejados como Zafrilla, la Huerta del Marquesado  e incluso La Cierva ,lugares situados mucho más allá de del Cabriel, en las cabeceras de sus afluentes el río Mayor (el de Cañete) y el río Guadazaón ,como señalaba  en 1825  el sabio Simón de Rojas Clemente  eran transportadas las maderas  hasta el aguadero de Ademuz en un viaje que podía durar entre tres y cuatro jornadas Esta res caminera era muy antigua y cobró especial protagonismo en la segunda mitad  del siglo XVIII gracias a la demanda de pino albar (coral melis) por parte del Arsenal de Cartagena”. Desde Salvacañete salían otros ramales a bosques de su término: Ciriyuelos, Cerro Monte, Cerro Cuervo, La Cabañera, El Cuarto y hacia Alcalá de la Vega, Dehesa de la Hoz y el Palancar, Camino de carretería de Cañasaez,  antigua dehesa  de Alcalá de la Vega que ha sido  muy maderera y  que fue adjudicada a Salinas en 1528 como consecuencia de las revueltas comuneras contra el Marqués de Moya D. Juan  Cabrera y Bobadilla en 1520.

   Mapa de las zonas de origen y conducción de la madera para el arsenal de Cartagena 1766-1789.Juan Piqueras Haba .2014.Gracias

Era tan importante el tráfico de carreteros y arrieros por el término de Salvacañete y entre Valencia, Aragón y Castilla en el siglo XVIII dedicados al transporte de cereales, maderas, alumbre, mineral de hierro para las numerosas ferrerías que había en nuestro pueblo , sus Diezmerías[11] y en pueblos de alrededor  que el Concejo de Salvacañete planteó la necesidad de construir un mesón[12] que sirviese de posada a todas las  personas que transitaban por nuestro pueblo y alojamiento para sus animales,

En el lugar de Salvacañete jurisdicción de la villa de Moya en dos días del mes de julio de mil setecientos setenta y cinco, estando en las Casas Capitulares de este Concejo, para convenir las  cosas pertenecientes a su común los señores Melchor Carrasco e Isidro Marín regidores, Julián de Alcalá y Julián Provencio juramentados ,Lorenzo Fombuena y Antonio García diputados del común y José Perea síndico interino  Personero , por ausencia de Manuel de Fuentes  que  lo es en propiedad ,vecinos todos de este referido pueblo quien prestan voz y caución de voto en forma dijeron de común acuerdo que con el motivo de pasaje para Aragón ,Valencia y otras partes ,necesita de una casa mesón capaz para el hospedaje  de los transeúntes y arrieros ,que además del  beneficio que  a estos se les seguiría por no verse precisados a buscar donde poderse a coger ,como cada día acontece, es manifiesta la utilidad  que de ello resultaría  a los propios de este concejo; y  mediante aquella fuente de donde se surte de agua para todo lo necesario endicho lugar ,se halla algo distante de él y muy penoso el camino especialmente en el tiempo de invierno que por los hielos y nieves se está expuesto a notables desgracias ,como ya se ha experimentado en personas como en caballerías; y conducir el agua  al centro de este pueblo , y erigirse en el una fuente de piedra labrada ,lograba este común innumerables beneficios; en cuyo supuesto y que para  suplir estos gastos no se halla el presente Concejo con caudales propios( si muy pocos).Se solicite la licencia ante los Señores del Consejo para  construir estas  dos obras  tan importantes al bien propio; y de consiguiente para este fin la venta de una porción de pinos maderables que se pueden sacar del  Monte que se halla  en la Dehesa Boalar de este lugar el que por hallarse muy poblado le sería muy útil al que quedase  y su producto costear estos  gastos: Y para dicha solicitud y práctica de estas diligencias otorgan dichos señores todo su poder cumplido como endicho se requiere  a D. Manuel de Fuentes vecino y síndico personero de este pueblo, para que representando sus propias personas pueda

“1ºPrimeramente insisto que el expresado lugar de Salvacañete se halla sin una casa mesón capaz y correspondiente para el hospedaje y albergue de los muchos forasteros y arrieros que con frecuencia y continuamente  transitan  de los reinos de Aragón ,Valencia y Castilla y con más razón por las fábricas de hierro que hay en las Diezmerías de Salvacañete y hay contiguas  y sus contornadas, y  por las conducciones de Ayele ,alumbres  y granos ,y otros grupos que se necesitan de frecuente tráfico y junteo de arriería que  del socorro en   para el albergue de  los forasteros ,de sus recuas y animales. El lugar de Salvacañete conseguiría considerable utilidad con la construcción de la casa mesón.”



[1] LOPEZ MARIN.MARIANO.-Bosques ,madera ,maderadas y gancheros  en el Marquesado de Moya. Ediciones Rodeno y colaboración de los Excmos. Ayuntamientos de Salvacañete, Moya, Aliaguilla y Mira. Cullera 2020

[2] En conversaciones con mi amigo el catedrático de geografía de la Universidad de Valencia,  el profesor Juan Piqueras Haba ya me comentaba  que en este archivo había muchos documentos que hacían mención a Salvacañete y la extracción de maderas. Muchas gracias por tus aportaciones.

[3] AMV, TC, Caja 2, exp. 12, año 1767.

[4] AMV, Tribunal de Comercio, caja 2, exp. 12 .Citado por DIODATO, MARÍA.-Estudio histórico de la madera arquitectónica en la ciudad de Valencia. Análisis previos para la conservación y puesta en valor: identificación de maderas, análisis constructivo, diagnóstico, clasificación y dendrocronología. Tesis doctoral .U.P. de Valencia, noviembre 2015.

[5]  AMV, Tribunal de Comercio, caja 2, exp. 12.

[6] AMV, TC, Caja. 2, exp. 21, año 1768.

[7] Franch, 1986, pág. 69.

[8] Sanchis  y Piqueras, 2001, pág. 203

[9]  Piqueras Haba Juan y Sanchis Carmen: El transporte  fluvial…en España” P 339-340

[10] Op cit López Marín , M: “ Salvacañete…y sus gentes”, 2004.

[11] Las Diezmerías eran lugares que pagaban diezmos  tanto a la iglesia como a los propietarios de estos lugares. Aquí se refiere a los rentos de La Peraleja, Herrería la Nueva y Masegosillo donde hubo ferrerías y a las que hubo en Salvacañete (El Martinete), Boniches  y Landete (Mijares) .

[12]  Salvacañete año 1775.El Concejo anuncia y de juramento al  lugar de Salvacañete sobre facultad para construir un mesón en dicho pueblo AHN. Consejos 28659 Exp.1 Leg 79.Escribanía de PINILLA, año 1775 Consta de 48 folios que he estudiado y transcrito.

 

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